Fundación MAPFRE defiende la importancia de la educación y la concienciación vial para alcanzar el objetivo cero
En la imagen de izquierda a derecha: Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior, y Antonio Huertas, presidente de Fundación MAPFRE.
EXPERTOS EN SEGURIDAD VIAL DE 8 PAÍSES SE REUNEN EN MADRID PARA ANALIZAR SOLUCIONES DIRIGIDAS A UNA MOVILIDAD SEGURA
Antonio Huertas (MAPFRE): “Tenemos que trabajar más y mejor para frenar esta sangría, un objetivo alcanzable con el compromiso de todos”
“Alcanzar una movilidad segura, donde prime el derecho de todas las personas a disponer de las vías públicas, independientemente de su forma de desplazarse, respetando a los demás y actuando con responsabilidad y seguridad”. Así lo ha indicado hoy en Madrid el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, quien se ha referido hoy al papel que representa la educación, “la parte de más largo recorrido de la política de seguridad vial”, en la que destacan “valores cívicos como el respeto, la tolerancia, la responsabilidad, la seguridad, la confianza y la comprensión”, y que a su juicio son los que deben regir el comportamiento como usuarios de la vía, “para que todos la compartamos de una forma segura y amable”, ha indicado.
Fernando Grande-Marlaska ha participado hoy en la inauguración de la conferencia internacional, ‘Educación vial para el objetivo cero y un sistema seguro’, que ha organizado Fundación MAPFRE con el objetivo de dar a conocer propuestas de movilidad segura, sana y sostenible en el ámbito de la educación a través de expertos e investigadores de varios países.
El acto, celebrado en el Congreso de los Diputados, ha contado, además, con la participación de Ana Pastor, vicepresidenta segunda del Congreso de los Diputados, y Antonio Huertas, presidente de Fundación MAPFRE, quien destacado la importancia de impulsar la educación, la formación y la concienciación en seguridad vial desde los más jóvenes como pieza clave para frenar esta sangría y alcanzar el Objetivo Cero lesiones graves y mortales, “único objetivo ético posible y alcanzable con la determinación, los esfuerzos, el compromiso y los recursos adecuados”. También ha hecho referencia al primer balance de muertes en las carreteras españolas durante 2022, “1.145 tragedias y dolor evitable sólo en carretera y en las primeras 24 horas tras el siniestro”, y al balance total, cerca de 1.500 víctimas anuales en España, 20.000 en Europa, más de 30.000 en Brasil y alrededor de 1.350.000 en todo el mundo, “cifras por las que tenemos que seguir trabajando más y mejor”, ha indicado.
España: mayor concienciación y responsabilidad
María Lidón, secretaria general de la DGT, ha destacado que “la educación vial constituye el instrumento educativo imprescindible para favorecer una movilidad más segura, sostenible y saludable” y que es necesario “seguir avanzando en concienciación vial y en responsabilidad individual, como elementos esenciales para frenar el problema de la siniestralidad vial y para la consecución final del objetivo de cero siniestros”.
Por su parte, Luis del Río, fiscal de sala de Seguridad Vial de la Fiscalía General del Estado (FGE), también ha indicado que “la educación es uno de los pilares fundamentales para conseguir una sociedad cada vez más segura en el ámbito de la movilidad, y que al igual que otras tantas materias, es la mejor herramienta para que una sociedad progrese y avance hacia un futuro mejor”. El objetivo, ha indicado, es “seguir avanzando hacia la construcción de ciudades más sostenibles y seguras, lo que redundará en una mejor convivencia de todas y todos los ciudadanos”.
María José Aparicio, subdirectora general de Educación y Formación de la DGT, que también ha participado en la conferencia, se ha referido a que desde hace más de 60 años son muchos los profesionales que en España han trabajado para llevar la educación vial a los niños y jóvenes, y que sin embargo el mensaje ha llegado siempre “de forma desigual”. En este sentido, se ha referido a la reciente reforma de la Ley Orgánica de Educación, que a su juicio ha supuesto “un cambio trascendental, al pasar la educación vial, de una asignatura trasversal en la práctica totalidad de las etapas educativas, a una materia con objetivos específicos y evaluable, de impartición obligatoria. Estamos ante un hito en la seguridad vial, ahora el reto es llevarlo a la práctica entre todos.”
En la imagen de izquierda a derecha: Antonio Huertas, presidente de Fundación MAPFRE; Ana Pastor, vicepresidenta segunda del Congreso de los Diputados; Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior; e Ignacio Baeza, vicepresidente de Fundación MAPFRE
Ciudades más seguras
El acto ha contado, además, con la participación de la eurodiputada Elena Kountoura, ponente del último informe sobre seguridad vial del Parlamento Europeo, quien ha destacado que “tenemos un nuevo objetivo, reducir a la mitad las muertes y lesiones graves en las carreteras para 2030, una meta en la que fracasaremos a no ser que logremos encontrar la voluntad política para el cambio”. En este sentido, ha señalado que el Parlamento Europeo ha subrayado la necesidad de incrementar la concienciación a través de campañas de sensibilización y educación sobre el uso seguro de los dispositivos de movilidad, con especial atención a los usuarios vulnerables de la vía pública, como menores, personas mayores o con movilidad reducida, y que han solicitado a los Estados miembros que impulsen una educación vial de calidad, “que debería comenzar en la escuela y formar parte de un aprendizaje continuo a lo largo de toda la vida”.
Por su parte, Frederico Do Moura, director del Departamento Nacional de Tránsito de Brasil, ha explicado el Plan Nacional para la Reducción de Muertes y Lesiones en Tránsito (PNATRANS), revisado por más de 100 especialistas y adoptado por el gobierno brasileño con el fin de prevenir las muertes por siniestros viales y que pone el foco en la seguridad de a las vías, de los vehículos, la educación vial y la asistencia a las víctimas. Se estima que dicha estrategia permitirá salvar la vida de cerca de 86.000 brasileños al finalizar la década y así alcanzar el objetivo propuesto por la ONU.
David Mooney, director médico de Traumatología del Boston Children´s Hospital, ha destacado que, en EEUU, “las lesiones de tráfico causan más de la mitad de las muertes infantiles y que su prevención es incluso más urgente en este país que en los países de la UE”. En este sentido, ha señalado que para alcanzar la Visión Cero deben superarse aun varios obstáculos, como aumentar la seguridad del transporte.
Antonio Avenoso, director ejecutivo de European Transport Safety Council (ETSC), que también en la conferencia, ha hecho referencia a que “la mejora de la seguridad vial de los niños y los jóvenes debe lograrse mediante un conjunto de medidas que integren el comportamiento de todos los usuarios de la vía” y con la que se mejore el entorno vial, el diseño de los vehículos, para que protejan mejor tanto a sus ocupantes como a quienes están fuera del vehículo, y que permitan cumplir con la normativa.
Rune Elvik, investigador senior del Instituto de Economía de Transporte, ha mencionado la situación que vive Noruega, donde desde el año 2000 se ha producido una gran reducción del número de siniestros de tráfico, y ha explicado que el descenso porcentual anual tras la adopción de Visión Cero, como base de la política de seguridad del transporte, ha sido tres veces mayor (6,4% anual) que antes de la adopción de Visión Cero (2,1% anual), gracias en parte a numerosas iniciativas innovadoras de seguridad vial.
La voz de las víctimas
Filippo Randi, presidente de la Federación Europea de Víctimas de Siniestros de Tráfico, ha destacado a lo largo de su ponencia, que desde la FEVR creen que es necesario que las instituciones se comprometan con la implantación y fortalecimiento de una formación básica obligatoria, tanto teórica como práctica, para promover conocimientos que puedan ir renovándose con pruebas durante todo el ciclo vital, y no únicamente puntualmente para la consecución del permiso de conducir. Ha señalado, además, la necesidad de apostar por una formación de calidad, “que transforme normas y prohibiciones en valores compartidos, como el autocontrol, la autoobservación y la aceptación de las normas de circulación, así como de la obligación de reparar el daño, cuando se daña o se quita la vida a causa de un siniestro de tráfico”.